Bo Nickal y su primera derrota en la UFC
Pues mira, la verdad es que Bo Nickal está pasando por uno de esos momentos que te hacen replantearte las cosas. Después de una carrera impecable con siete victorias consecutivas en MMA, seis de ellas por finalización, el ex campeón de lucha de Penn State se enfrentó a algo nuevo: la derrota.
El punto de inflexión contra De Ridder
La cosa se puso complicada cuando se enfrentó a Reinier de Ridder en UFC on ESPN 67 el pasado 3 de mayo. El holandés, que fue campeón en dos divisiones de ONE Championship, no se anduvo con rodeos y terminó noqueando a Nickal con una serie de rodillazos en el segundo round. Vamos, que fue un golpe duro para alguien que venía acostumbrado a ganar.
Lo curioso es que después de la pelea, empezaron a salir críticas por todos lados. Algunos decían que Nickal se había dejado llevar por la fama, que ya no estaba tan enfocado… Pero él tiene su propia visión del asunto.
Enfrentando las críticas con cabeza fría
«Cuando recibes críticas, tienes dos opciones», explica Nickal en el día de medios de UFC 322. «O te lo tomas como algo personal y se te sube a la cabeza, o lo analizas con calma y tratas de ser objetivo. La verdad es que en muchas de esas críticas hay algo de razón, pero no cuentan toda la historia».
Lo que más me gusta de su actitud es que no se amarga con los comentarios negativos. «Para ser 100% sincero, la mayoría ni siquiera los escucho», confiesa. «Así que no me preocupan demasiado».
La vuelta al octágono con nuevas energías
Ahora Nickal está a punto de volver a la acción contra Rodolfo Vieira en UFC 322. Han pasado casi 200 días desde aquella pelea con De Ridder, y aunque confiesa que le hubiera gustado volver antes, reconoce que las cosas a veces no salen como uno quiere.
«Estoy agradecido de estar en esta cartelera», dice. «Es una de las más grandes del año y, en mi opinión, probablemente la mejor en cuanto a combates. Es una gran oportunidad para mí».
La pasión que no se apaga
A sus 29 años, casado y con dos hijos, Nickal se ríe de quienes piensan que su derrota fue por falta de dedicación. «El MMA es la mayor pasión de mi vida», afirma con convicción. «Es algo que me emociona hacer cada día. Es curioso, porque básicamente estoy haciendo lo mismo que hacía cuando tenía 5 o 6 años luchando, solo que ahora no voy al colegio».
Su rutina diaria sigue siendo similar, y confiesa que después de pasar tiempo con su familia, lo que más le gusta es ir a entrenar. «Es lo que amo hacer», repite.
Una lección que vale oro
A pesar de todo, Nickal admite que esa primera derrota profesional le hizo replantearse algunas cosas. «Sentí muchos cambios porque modifiqué mucho a nivel mental», explica. «Tuve un nivel diferente de enfoque, intensidad y motivación en mis entrenamientos».
Y aquí viene lo interesante: «Creo que la derrota ha sido algo muy bueno para mí y estoy agradecido por ello. Lo difícil es que ahora ha pasado mucho tiempo desde la pelea, y he estado esperando y trabajando duro».
Respeto por el próximo rival
Nickal no se confía ante Vieira, a quien describe como «de clase mundial no solo en un deporte, sino en dos». El brasileño es un cinturón negro de jiu-jitsu con múltiples títulos mundiales, y Nickal lo sabe.
«Tienes que respetar al rival antes de entrar», reconoce. «Pero aprendí en mi última pelea que debo enfocarme más en mí mismo que en mi oponente. Rodolfo es un tipo muy agradable, un verdadero estudiante del deporte».
Madison Square Garden: el escenario soñado
Para Nickal, pelear en el Madison Square Garden es especial. «Esta es una oportunidad para demostrarme a mí mismo de qué estoy hecho», afirma. «La plataforma que tengo es una bendición, y quiero usarla para compartir un mensaje positivo que promueva la fe, la familia y las cosas importantes de la vida».
Al final, lo que piensen los demás no le quita el sueño. «Lo importante es que compita lo mejor posible, con el 100% de mi esfuerzo».
Y así es como Bo Nickal, con una derrota en su historial pero con las ideas más claras que nunca, se prepara para demostrar que los contratiempos no te definen, sino cómo respondes a ellos.
